| Quisimos iniciar nuestra Cuaresma de la mano de Jesús. Y lo hicimos saboreando y contemplando a través de la Oración con la cita de los Discípulos de Emaús. Sabíamos que esta lectura se suele dar cuando Jesús ya ha resucitado, pero nos ayudó ver éste pasaje bíblico, como en las películas, que de una situación actual pasan escenas pasadas para relatar cómo todo empezó. Y así, desde nuestras experiencias de la vida, con sus retos, logros, fracasos, etc. dejábamos que el Señor a través de ésta lectura nos explicara lo que iba a ser la Cuaresma, nos explicase el camino de pasar de la tristeza a la vida, del egoísmo al AMOR, al perdón, del aislamiento y lejanía a la compañía de la comunidad, hacia su compañía! Sabíamos que el Señor se hacía el encontradizo en esos momentos de retiro y de silencio, de oración con su Palabra, de compartir en comunidad. | |
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Poco a poco caímos en la cuenta que nos explicaba nuestro propio camino de cuaresma hacia la Pascua, hacia la resurrección. Los discípulos de Jesús “los discípulos de Emaús” sentían que aquel hombre estaba abriendo su corazón para ellos, por el tono y la paciencia de explicarles. Nosotros a lo largo del retiro que Jesús, nos iba calentando el corazón y la voluntad de caminar con Él, nuestra cuaresma. |
Al final, fue bonito decirle como los discípulos de Emaús: “Quédate con nosotros la tarde está cayendo, quédate...” y él entró y se quedó AL PARTIR EL PAN. Sí, terminamos el Retiro con una Misa celebrada por el Padre András en la capilla de las misioneras de la Fraternidad Misionera Verbum Dei. Nos fuimos a casa con la certeza de que Cuaresma es compañía, con la certeza de que no nos íbamos solos sino con la Compañía del Señor. Compañía al interior del corazón y de nuestras vidas, quien nos hace vivir la vida con más esperanza, fortaleza, fraternidad y servicio para los demás. | |
Te animas tú también a decirle: Quédate Señor! ?...
Grupo Católico Hispanoamericano
